Limpieza y desinfección

CONTEXTO

La limpieza es una actividad rutinaria que puede degradar la calidad del aire interior, según el tipo de productos que se usen. El cumplimiento de los protocolos de limpieza definidos para los diferentes tipos de equipamientos ayuda a evitar problemas de salud como la transmisión de enfermedades infectocontagiosas. Los diversos espacios de los equipamientos tienen diferentes grados de exigencia de limpieza, según el tipo de servicio que se desarrolle: sanitario, alimentario, deportivo, etc. También varían según el tipo de colectivo que trabaja en el edificio y la frecuencia de uso de cada uno de sus espacios. Los productos utilizados en la limpieza de equipamientos deben ser de uso profesional, con sus correspondientes fichas de seguridad.

Un sistema de limpieza eficaz elimina escombros, residuos y bacterias, evitando la dispersión de contaminantes y el contacto de los ocupantes con potenciales focos de contaminación.

OBJETIVO

Disminuir la contaminación física, química y biológica del ambiente interior de los equipamientos.
Profesionalizar las tareas de limpieza y desinfección, y definir las bases para un protocolo de limpieza eficaz y saludable para todos.
Reducir la exposición de los ocupantes a agentes patógenos a través del contacto con superficies que se toquen frecuentemente y que puedan acumular bacterias.

PROPUESTAS Y RECOMENDACIONES

Definir en el protocolo de limpieza el grado de desinfección e higienización necesarias para cada espacio. La desinfección innecesaria pude impactar negativamente en la salud humana.
Redactar, para cada tipología de equipamiento, un protocolo de limpieza que incluya los siguientes apartados: frecuencia, productos, equipo, procedimientos y formación. El protocolo de limpieza deberá incluir un programa de autocontrol.
Impartir una formación básica (5 horas) al personal que realiza y/o coordina las tareas de limpieza y desinfección de las instalaciones municipales.
Minimizar la entrada de suciedad y agentes contaminantes en el interior de los edificios a través de actuaciones en los accesos principales, instalando felpudos de ancho mínimo igual a la apertura del acceso y con 3 metros de largo (mínimo) en la dirección principal de circulación.
Definir un horario de limpieza para las superficies de contacto frecuente, como ta-bleros de mesas, manillas y tiradores de puertas, botonera de ascensores, teléfo-nos, teclados e interruptores de uso común.
Evitar el uso de productos de limpieza que contengan COV o formaldehído. Se deben elegir siempre que sea posible productos de limpieza certificados con la EU Ecolabel u otra semejante.
Eliminar el uso de productos de limpieza que contengan agentes pesticidas.
Usar aspiradores con filtro HEPA.
Evitar el uso de ambientadores.
Mantener separados los productos a base de lejía de los productos a base de amoníaco en las zonas de almacenamiento de productos de limpieza y etiquetarlos de forma bien visible para que no se mezclen.
Todos los espacios destinados al almacenamiento de productos de limpieza tendrán puertas que se puedan cerrar. El aire de estos espacios solo deberá circular en el sentido de extracción, para garantizar que no se mezcle con el aire de recirculación.