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Equipamientos

Ventilación (natural y artificial)

CONTEXTO

© Bonsales / Shutterstock.com

Respirar aire limpio es fundamental para nuestra salud y para nuestro bienestar físico y emocional. Globalmente, la calidad del aire exterior se está deteriorando a consecuencia de la contaminación provocada por el tráfico, la construcción, las fuentes de combustión y otros agentes contaminantes. La calidad del aire interior se puede degradar por la contaminación de estas fuentes externas, pero también por la liberación de compuestos orgánicos volátiles (COV) que se desprenden de los materiales de construcción, de ciertos equipamientos eléctricos o por la presencia de mohos.

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La ventilación en los edificios puede ser natural o artificial: la primera es la técnica por la cual se permite el ingreso de aire exterior dentro de un edificio por medios no mecánicos, como la apertura de ventanas o rejillas en puntos opuestos del edificio (ventilación cruzada). La ventilación artificial o mecánica es aquella que se hace a través del suministro y renovación de aire en un edificio por medios mecánicos. Los sistemas de ventilación artificial ayudan a controlar el confort termohigrométrico, la circulación de aire, la presencia de contaminantes ambientales (de origen interior o exterior) y la evacuación de humos y gases en garajes, cocinas, restaurantes, etc.

El sistema más empleado para corregir o prevenir los problemas de contaminación del aire en interiores es la ventilación, ya que la renovación del aire interior con aire nuevo de mejor calidad diluye los contaminantes que se encuentran dispersos por todo el edificio. Los aspectos más importantes a tener en cuenta son el diseño y el dimensionado adecuado a los usos y a las características de las áreas implicadas.

 

OBJETIVO

  • Disponer de un ambiente interior óptimo con condiciones de temperatura y humedad adecuadas, y con baja concentración de contaminantes biológicos y químicos (COV).
  • Garantizar una ventilación adecuada y una elevada calidad del aire interior en los equipamientos a través de sistemas de ventilación natural y artificial.

PROPUESTAS Y RECOMENDACIONES

  • Aplicar el Reglamento de Instalaciones Térmicas en los Edificios (RITE), que esta-blece las condiciones necesarias destinadas a atender la demanda de bienestar térmico e higiénico, para cumplir con las exigencias de eficiencia energética y conseguir un uso racional de la energía. Los valores definidos por el RITE varían en función del tipo de uso del edificio y del número de ocupantes.
  • Cumplir con las normas de mantenimiento obligatorias establecidas por el RITE, con el objetivo de mantener la higiene y el buen funcionamiento de los sistemas de ventilación y climatización. Las instalaciones de ventilación mecánica mueven un volumen de aire importante que transporta partículas contaminantes, artificiales y naturales, con una carga biológica que, si no se controla, puede ocasionar problemas respiratorios y reacciones alérgicas entre los usuarios.
  • Aprovechar al máximo las posibilidades de la ventilación natural de los equipamientos cuando la temperatura exterior sea la adecuada, integrando sistemas de ventilación cruzada y chimeneas de ventilación en el diseño de estos edificios.
  • Eliminar contaminantes aéreos internos y externos a través de la filtración de aire. Para ello los climatizadores deben presentar una sección de recuperador de calor y sistemas de filtración para tratar el aire antes de su entrada en las estancias.
  • Controlar los focos de contaminación en el propio edificio. No se debe emplear el aire de aseos, cocinas, garajes y salas de imprenta como aire de recirculación o de transferencia. La expulsión de este aire al exterior no puede ser común a la expulsión de aire de otras estancias menos contaminadas para evitar la posibilidad de contaminación cruzada.
  • Mantener el confort térmico a través del control de los niveles de humedad y evitar la aparición de moho y bacterias. Para ello el sistema de ventilación debe garantizar en todo momento los niveles de humedad relativa acordes con el RITE. Se recomienda como temperatura óptima para espacios de trabajo entre 23 ºC y 25 ºC en verano, y entre 21 ºC y 23 ºC en invierno.
  • Controlar el movimiento de entrada del aire exterior al interior instalando sistemas de puertas de apertura controlada o sistemas de cortavientos (dos puertas).
  • Aumentar la presencia del aire exterior de calidad y fomentar la conexión con el ambiente exterior, promoviendo que los ocupantes abran las ventanas y puedan tener control sobre el aire que circula en el edificio.
  • Conseguir espacios donde la distancia recorrida por la corriente de aire entre dos aberturas de fachadas opuestas sea como máximo 5 veces la altura libre entre plantas. En caso de ventilación unilateral, la distancia tiene que ser como máximo el doble de la altura libre.
  • Favorecer que la superficie de huecos de una estancia al exterior sea, al menos, el 5 % de la superficie útil de dicha estancia.
  • Valorar la posibilidad de regular y automatizar, con sondas de CO2, espacios con elevada ocupación, para el encendido y la parada del sistema de ventilación

EXPERIENCIAS DE REFERENCIA

LEGISLACIÓN Y NORMATIVA

ESTUDIOS Y DOCUMENTACIÓN TÉCNICA


Se pueden obtener informaciones más detalladas dirigiendose al Servicio de Salud Pública: entornurbasalut@diba.cat

Fecha de la última actualización:
dc., 12 de maig 2021 04:12:36 +0000