Principales problemas de salud asociados al entorno
Sobrepeso y obesidad
Los datos
En Cataluña, según los datos de la Encuesta de salud de Cataluña (2019), más la mitad de la población de más de 18 años tiene exceso de peso (el 42,6 % de los hombres y el 28,3 % de las mujeres). En concreto el 35,4 % tiene sobrepeso (que afecta más a los hombres) y el 16,7 % tiene obesidad (similar en ambos sexos).
El sobrepeso y la obesidad aumentan a medida que los grupos son de más edad en ambos sexos. El porcentaje de población con sobrepeso y obesidad es superior entre las clases sociales más desfavorecidas y las que tienen menos estudios, tanto en hombres como en mujeres pero sobre todo en la población femenina.
En cuanto a la población infantil, el 34,6 % de los niños de 6 a 12 años tiene exceso de peso (el 24,4 % tiene sobrepeso y el 10,1 % tiene obesidad). El sobrepeso afecta por igual a niños y niñas, mientras que la obesidad afecta más a los niños (13,8 %) que a las niñas (5,4 %).
El sobrepeso y la obesidad son factores de riesgo para un amplio abanico de enfermedades y problemas de salud (hipertensión, hipercolesterolemia, diabetes, enfermedades coronarias, ciertos tipos de cáncer y otras enfermedades crónicas).
Factores de riesgo
Se considera que el 99 % de los factores que están detrás del significativo incremento en las ratios de obesidad en adultos y niños están relacionados con el entorno. La principal causa de obesidad en niños es la creciente disponibilidad y consumo de alimentos no saludables (snacks y comida rápida), bajo consumo de frutas y verduras, y una importante ingesta de refrescos en cuanto a los hábitos alimentarios, y el descenso de la actividad física.
Aunque los efectos de la dieta y la actividad física sobre la salud están interrelacionados, la actividad física puede ser beneficiosa independientemente de los hábitos alimentarios. Según la Organización Mundial de la Salud [1] [2], la actividad física reduce el riesgo de obesidad y de padecer enfermedades cardiovasculares, diabetes de tipo 2, hipertensión, cáncer de colon y de mama, y depresión, pero el 60 % de la población no llega a la cantidad mínima diaria de actividad física necesaria para obtener beneficios para la salud.
Según datos de la Encuesta de Salud de Cataluña (2.019) ocho de cada diez personas de entre 15 y 69 años tiene un nivel de actividad física que se puede considerar como saludable (el 84,4% de los hombres y el 79 , 8% de las mujeres).
En los grupos de edad analizados, las mujeres presentan porcentajes similares de sedentarismo, mientras que en los hombres el sedentarismo es más elevado entre los 45 y los 64 años. El porcentaje de mujeres sedentarias es superior al de hombres entre los 18 y los 44 años y entre los 65 y los 74 años.
La actividad física saludable de la población de 15 a 69 años, medida como la suma de actividad física moderada o alta mediante el IPAQ (el cuestionario internacional de actividad física), es del 70,5 % (el 72,1 % en hombres y el 68,8 % en mujeres).
El 31,4 % de la población de 3 a 14 años tiene un estilo de vida activo (hace más de una hora de deporte o juego en los espacios públicos). La frecuencia de estas actividades es mayor en los niños que en las niñas (35,1% los niños y 27,6% las niñas).
Las causas de la inactividad física son variadas. El incremento en el uso de los vehículos, con una importante reducción del número de personas que se desplazan andando o en bicicleta, y el cambio que han supuesto los ordenadores, los videojuegos y la televisión en los estilos de vida de las personas, han promovido conductas más sedentarias.
Según la ESCA, ver la televisión es la actividad más frecuente entre la población de 3 a 14 años en tiempo de ocio, y fuera del horario escolar, casi todos los menores la miran diariamente.
Recomendaciones
El entorno urbano está relacionado de forma consistente con la actividad física, ya que son las características de este entorno las que determinan la accesibilidad a las instalaciones para realizar ejercicio físico, además de favorecer que se camine más. La encuesta LARES [3] proporciona pruebas de que el ambiente residencial y su calidad están relacionados con la actividad física. Esta tendencia continúa después de ajustar el estudio por diversas variables que también influyen en la actividad física, tales como el estatus socioeconómico, la edad y el género, y se muestra que la calidad del área residencial tiene un impacto directo sobre el ejercicio físico y la salud.
Por tanto, deben potenciarse las medidas encaminadas a modificar el entorno, de modo que se facilite la actividad física (Estudio ALADINO. Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad, 2011): desde incrementar los itinerarios urbanos y los carriles para bicicletas hasta mejorar el transporte público, por mencionar los más relevantes, aunque no los únicos, como se podrá ver en los diferentes ámbitos de intervención.
Por otra parte, se debería potenciar la accesibilidad a alimentos saludables en aquellos espacios y equipamientos de uso público.