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La Diputación municipalista (1979-actualidad)

A lo largo de cuatro décadas las diputaciones, y muy concretamente la Diputación de Barcelona, ha tenido que hacer frente a un cuestionamiento en Cataluña por razones políticas vinculadas a lo que el presidente Antoni Dalmau calificó como “la pervivencia de un pensamiento catalanista preconstitucional y preautonómico”, hasta que las sucesivas sentencias del Tribunal Constitucional garantizaron su continuidad y la autonomía de su actuación. Y a la vez, la Diputación iba experimentando una transformación que la llevaría a reinventarse en una nueva administración que no tiene nada que ver con aquella de 1977 que Josep Tarradellas presidió en la doble condición de presidente de la Generalitat y de la Diputación, y sobre la cual se empezó a reconstruir el autogobierno de Cataluña. Un proceso de transformación que ha consistido en la municipalización de todas sus funciones y de su razón de ser. Es el nacimiento de la Diputación municipalista.

Este es un proceso que se pone en marcha durante las presidencias de Josep Martí Jusmet (1980-1982) y de Antoni Dalmau (1982-1987), y que se despliega con una gran intensidad a lo largo de la extensa etapa de Manuel Royes (1987-2003). Es el tiempo en que también la Diputación cambia de sede, del viejo palacio renacentista de la Pl. San Jaume al palacio modernista de Can Serra. Posteriormente, viene una etapa de consolidación y estructuración del gobierno local intermedio, bajo las presidencias de José Montilla (2003-2004), Celestino Corbacho (2004-2009) y Antoni Fogué (2009-2011), con el fin de los contenciosos con la Generalitat, el punto final de los llamados servicios impropios, y el reconocimiento en el Estatuto de 2006 de este modelo de cooperación local, que también expresa un cierto pacto político, y el fin del conflicto territorial que se había arrastrado desde los años ochenta.

A partir de 2011, se produce una alternancia política después de 32 años de mayorías socialistas con la llegada de tres presidentes de Convergencia, con el apoyo de diferentes mayorías en el Pleno de la Diputación. Salvador Esteve (2011-2015), Mercè Conesa (2015-2018) y Marc Castells (2018-2019) presidieron la institución a lo largo de una etapa en que, más allá de matices o circunstancias, se ratificó la validez del modelo de gobierno local intermedio. Del resultado de las elecciones de 2019 salió una mayoría de gobierno de coalición nuevo en la Diputación, con un acuerdo entre el PSC y Junts per Catalunya, que rompía los bloques entre constitucionalistas e independentistas. La escogida como presidenta fue la socialista Nuria Marín, que ocupó el cargo hasta julio de 2023, cuando a raíz de las nuevas elecciones municipales del 28 de mayo, fue substituida por la también socialista Lluïsa Moret, alcaldesa de Sant Boi de Llobregat.