ODS 15. Gestionar sosteniblemente los bosques, luchar contra la desertificación, detener e invertir la degradación de las tierras y detener la pérdida de biodiversidad
Los ecosistemas terrestres garantizan el funcionamiento del planeta y el equilibrio de todos los ciclos naturales, y aportan servicios que benefician a todos los seres vivos (aire limpio, retención de las aguas, abastecimiento de alimento, etc.).
El ODS 15 trata de la conservación, la restauración y el uso sostenible de estos ecosistemas y los de agua dulce, haciendo especial mención de la preocupación por los suelos degradados, los bosques y los ecosistemas de montaña. Detener la destrucción de los hábitats naturales y renaturalizar espacios de las ciudades resulta imprescindible para preservar la biodiversidad, que es la otra gran meta de este objetivo.
Para preservar los ecosistemas terrestres es necesario conocerlos bien, incorporar la gestión ecosistémica en la planificación del territorio con una visión holística e interconectada, así como proteger las especies amenazadas y garantizar una buena gestión de los espacios protegidos.
Además, hay que revertir la degradación de los ecosistemas (desertización, etc.) y tomar medidas para evitar el tráfico de especies y la introducción de especies invasoras.
15.1 Para 2020, velar por la conservación, el restablecimiento y el uso sostenible de los ecosistemas terrestres y los ecosistemas interiores de agua dulce y los servicios que proporcionan, en particular los bosques, los humedales, las montañas y las zonas áridas, de acuerdo con las obligaciones marcadas por los acuerdos internacionales.
15.2 Para 2020, promover la gestión sostenible de todos los tipos de bosques, poner fin a la deforestación, recuperar los bosques degradados e incrementar sustancialmente la repoblación forestal y la reforestación a escala mundial.
15.3 Para 2030, luchar contra la desertificación, rehabilitar las tierras y los suelos degradados, incluidas las tierras afectadas por la desertificación, la sequía y las inundaciones, y procurar lograr un mundo neutral en cuanto a la degradación de las tierras.
15.4 Para 2030, velar por la conservación de los ecosistemas montañosos, incluyendo la biodiversidad, a fin de mejorar la capacidad de proporcionar beneficios esenciales para el desarrollo sostenible.
15.5 Emprender acciones urgentes y significativas para reducir la degradación de los hábitats naturales, parar la pérdida de biodiversidad y, para 2020, proteger las especies amenazadas y evitar la extinción.
15.6 Promover la participación justa y equitativa de los beneficios que se deriven de la utilización de recursos genéticos y promover el acceso adecuado a estos recursos, tal como se ha acordado internacionalmente.
15.7 Adoptar medidas urgentes para poner fin a la cacería furtiva y al tráfico de especies protegidas de flora y fauna, y abordar la demanda y la oferta ilegales de productos silvestres.