Historia del recinto de la Escuela de Tejidos de Canet de Mar
Orígenes
El desarrollo industrial que Cataluña vivió a principios del siglo XX comportó, entre otros, la demanda de especialistas técnicos para dirigir las industrias y también para operar las máquinas. En este contexto, la Diputación de Barcelona constituyó el 1913 el Consejo de Pedagogía como institución responsable de la política cultural y educativa catalana para cubrir las carencias de la enseñanza estatal. El Consejo coordinaba las escuelas, entre ellas las que instruían el personal calificado en los ámbitos profesional y técnico. Las personas que determinaron el desarrollo de las escuelas fueron Alexandre Galí, Rafel Campalans, Eugeni de Ors y Pompeu Fabra.
Las escuelas técnicas ofrecían título propio. Son ejemplo de este proyecto la Universidad Industrial (1910), la Escuela del Trabajo (1913), la Escuela de Bibliotecarias (1916) y la Escuela Local de Industrias de Canet de Mar (1922).
La Mancomunidad de Cataluña (1914-1924) elaboró el 1917 un proyecto de creación de escuelas locales de industrias que se insertaba en el campo específico de la formación profesional técnica. El proyecto preveía una red de escuelas en todas las poblaciones catalanas, en especialidades que tuvieran una cierta demanda. Canet fue la única población catalana interesada en esta oferta y, por eso, su Ayuntamiento aprobó en febrero de 1918 su presentación al concurso convocado por la Mancomunidad. Con el impulso destacado del regidor catalanista Josep Fors Vidal (posterior alcalde de Canet entre 1931 y 1934), el Ayuntamiento adquirió el 1920 la finca particular de Can Muní, que había pertenecido a Pere Pol, y la cedió a la Mancomunidad para ubicar el centro educativo.
A lo largo del siglo XIX, la industria del género de punto se convirtió en la especialidad textil del Maresme. Esta industria era de tipo familiar, con establecimientos pequeños que se dedicaban sobre todo a la producción de medias y calcetines.
Inicios de la Escuela Local de Industrias (1922-1939)
El 19 de noviembre de 1922, el presidente de la Mancomunidad, Josep Puig i Cadafalch, acompañado por la totalidad del Ayuntamiento de Canet, diputados de la comarca y autoridades civiles y eclesiásticas, inauguró el centro, el cual inició su actividad con el nombre de Escuela Local de Industrias de Canet de Mar. La idea era ofrecer un aprendizaje del oficio de operario de género de punto, dado que la mayoría de trabajadores en las fábricas textiles catalanas no habían tenido ninguna oportunidad de aprendizaje escolar. Se fijó la edad para el comienzo de los estudios técnicos en quince años y ofrecía dos clases de titulaciones: la de director de industrias de tejidos de punto (en régimen diurno) y la de contramaestre (en régimen nocturno).
A pesar de que se había inaugurado el centro, las obras de adaptación no habían acabado y el curso 1922-1923 estuvo caracterizado por la carencia de actividad institucional y de presupuesto para salir adelante los proyectos. A partir del curso siguiente, se establecieron las condiciones de acceso: se modificó la edad de acceso, dado que había que tener más de doce años; satisfacer los gastos necesarios, y pedir el ingreso por instancia al presidente del Consell de Pedagogía.
El 1926, en el marco de la dictadura de Primo de Rivera, se cerró provisionalmente la Escuela. Parece que la causa real del cierre fue presupuestaria. En todo caso, el número de alumnos era bajo y el centro todavía no estaba a pleno rendimiento.
Con el final de la dictadura y en el marco de reactivación de la escuela y el apoyo decidido de los industriales, el 1930 cambió de nombre y se denominó la Escuela de Tejidos de Punto (a partir de 1939 con el nombre castellanizado). Se renovó también el parque de maquinaria, que había quedado obsoleto y resultaba insuficiente para encarar los nuevos retos. Uno de los nuevos objetivos del centro era encontrar personal técnico especializado de todo Europa para impartir la docencia sobre género de punto.
El 4 de abril de 1931 se reabrió el centro, que contó con la presencia del presidente de la Diputación de Barcelona y del Patronato de la Escuela, Joan Maluquer i Viladot. Los cursos empezaron más tarde. Francesc Macià, presidente de la Generalitat (la Diputación de Barcelona había quedado suspendida a raíz de la proclamación de la Segunda República, en abril de 1931) encabezó el acto inaugural el 31 de enero de 1932 y las clases empezaron el 1 de febrero.
Acto de reapertura de la Escuela de Tejidos de Punto. Entre los asistentes, Muller, director de la Escuela (sentado, segundo por la izquierda) y Joan Maluquer i Viladot, presidente de la Diputación de Barcelona (en el centro sentado), 1931. Autoría desconocida. Fondo: Diputación de Barcelona (CAT AGDB R.2722)
Comunicación de la Comisión Permanente de la Diputación de Barcelona en respuesta al agradecimiento de Joan Alegret, alcalde de Canet de Mar, con motivo del restablecimiento de la actividad de la Escuela de Tejidos de Punto, 30 de enero de 1931. Fondo: Diputación de Barcelona. (CAT AGDB 4275, exp.6)
Los años de la Segunda República (1931-1936) supusieron la consolidación de la Escuela especializada en géneros de punto.
El centro se benefició de una dotación presupuestaria generosa por parte de la autoridad pública, a pesar de que siempre arrastró una carencia de dotación de maquinaria, que trató de compensar con la demanda de donativos.
El 1933 se decidió ampliar la Escuela y el arquitecto Joan Rubió i Bellver fue el encargado del proyecto.
Durante los años republicanos también se establecieron importantes vínculos colaborativos entre la Escuela de Tejidos y la Escuela de Artes y Oficios de Mataró y la Escuela de Artes y Oficios de Terrassa, entre otras. El aumento de alumnos llevó también a la aprobación de becas para los que lo necesitaran: las becas eran concedidas por la Generalitat, por el Patronato de la Escuela de Tejidos, por los socios protectores y por el Ayuntamiento de Canet de Mar.
La expansión y consolidación de la Escuela se paró por la Guerra Civil española (1936-1939).
El Patronato fue disuelto, y el personal del centro, ya fueran funcionarios o contratados, estuvo sometido al control ideológico de la Generalitat. A modo de ejemplo, Paul-Émile Muller fue destituido como director, supuestamente por la no incorporación a su puesto de trabajo después de un viaje breve en Suiza.
La Escuela de Tejidos durante el franquismo (1939-1975)
Acabada la Guerra Civil, en 1939, la Escuela castellanizó su nombre, Escuela de Tejidos de Punto, y Muller fue repuesto en el cargo de director del centro. Otros integrantes del centro fueron objeto de informes de depuración.
El director de la Escuela de Tejidos, Paul-Émile Muller, segundo por la izquierda, y Josep Fors, a su lado derecho, c.1933. Autoría desconocida. Fondo: Diputación de Barcelona. (CAT AGDB R.2731)
Entre 1940 y 1960 el centro vivió una larga etapa de crecimiento, con un aumento progresivo del alumnado, y de maduración, dado que se incorporó nuevo personal docente que pertenecía a una generación más joven. Durante estas décadas aumentó también el número de mujeres y de alumnos procedentes del extranjero, básicamente sudamericanos.
A lo largo de la década de 1940 el centro amplió sus instalaciones, especialmente con la compra de la antigua nave de la fábrica Floris y Busquets, a la viuda Floris, el 26 de febrero de 1943. La nave tenía 1.600 metros cuadrados y fue acomodada como sala de máquinas. La fábrica Floris y Busquets había sido construida por Pere Domènech y Roura, hijo del célebre arquitecto Lluís Domènech i Montaner, y había sido inaugurada el 1915.
Con posterioridad en la guerra, el Patronato de la Escuela impulsó la constitución de una biblioteca especializada en publicaciones técnicas, que fue gestionada por la bibliotecaria Anna Sala Boloix hasta el año 1948. A partir de este año la biblioteca quedó adscrita en la red de bibliotecas populares de la Diputación de Barcelona, pero sin perder nunca el perfil técnico.
Josep Coll fue nombrado director accidental de la Escuela hasta 1945. Precisamente este año, en el marco de la homologación de los estudios de la Escuela al sistema educativo de enseñanzas técnicas dependiente del Ministerio de Educación Nacional, el centro volvió a cambiar el nombre: Escuela Especial de Tejidos de Punto. Esta reorganización implicó que la titulación cambiara de “Técnico en tejidos de punto” a “Périto en tejidos de punto”. A partir de 1945, Celso Mira fue el director del centro, cargo que mantuvo hasta el año 1967.
La muerte el 1956 de Josep Fors, impulsor de la Escuela de Tejidos y presidente del primer Patronato en sus inicios, simbolizó el cierre de la primera etapa de la Escuela durante el franquismo. A su vez, la asistencia del presidente delegado del Patronato, Felipe Ferrer Calbetó, al entierro de Fors provocó su defenestración. Josep Coll, persona de confianza de Ferrer, también fue apartado de la Escuela.
El 1967, la Escuela volvió a hacer un cambio de nombre, ahora Escuela de Ingeniería Técnica Tejidos de Punto, en el marco de adaptación del plan de estudios a la reforma de las ingenierías técnicas industriales. El decreto del Consejo de Ministros del 6 de julio de este año incluyó la especialidad de tejidos de punto en la rama textil. Con este paso se creaba el título de Ingeniero técnico en tejidos de punto.
Evolución de la Escuela de Tejidos durante la democracia (1978-2008)
Durante la década de 1970 se produjo una disminución gradual de la matrícula debida a la crisis mundial del sector textil y a la carencia de recursos materiales adecuados a las demandas formativas de una sociedad que cambiaba de manera notable.
El 1970 la Ley general de educación previó la incorporación de las escuelas de ingeniería técnica a la estructura administrativa universitaria. En este contexto, la Diputación de Barcelona, que también era responsable de dos escuelas más de ingeniería técnica (la Industrial y el Agrícola), aprobó el 29 de mayo de 1973 la adscripción de la Escuela a la recientemente creada Universidad Politècnica de Barcelona (hoy de Cataluña), a pesar de que la petición no se formalizó hasta el 19 de julio de 1974.
El 25 de agosto de 1978 la Escuela quedó adscrita en la Universidad Politècnica, hecho que se mantendría hasta el 2007. También cambió de nombre: Escuela Universitaria de Ingeniería Técnica en Tejidos de Punto.
El 1983 se creó la sección de Formación Profesional con el objetivo de suministrar potencialmente nuevos alumnos en la Escuela. Se creaba así la primera escuela de enseñanza secundaria a Canet, que haría estudios de primero y segundo grado en la especialidad de género de punto y, a la vez, la única escuela de Cataluña y de España de esta especialidad.
Desde 2008 la Escuela de Tejidos de Punto de Canet de Mar es conocida como Centro de Investigación y Transferencia de Tecnología Textil (CRTTT).