Historia
Orígenes recinto de la Maternidad
La historia de la Casa de Maternidad empieza a mediados del siglo XIX, en Barcelona, regulada por la Ley general de beneficencia, de 20 de junio de 1849 y el Reglamento sobre la Ley de beneficencia, de 14 de mayo de 1852.
El 23 de noviembre de 1853 tuvo lugar el primer traslado de treinta y dos niños asilados y nueve nodrizas del Hospital de la Santa Cruz a la nueva Casa Provincial de la Maternidad y Expósitos en los locales cedidos por la Casa de la Misericordia, que dependía de la administración municipal, en la calle de las Ramelleres, en el barrio del Arrabal. Desde los inicios la Casa de la Maternidad dependió de la Diputación de Barcelona y contó con dos grupos: las criaturas internadas en la sección de Lactancia y las que tenían entre dos y cinco años, que se encontraban en la sección de Desmamados.
En los inicios, aproximadamente el 50% de las criaturas que ingresaban en la Casa de Maternidad lo hacían a través de un torno instalado al muro exterior del edificio y que consistía en una caja de madera giratoria. El torno estuvo vigente entre los años 1854 y 1931 y todavía hoy se conserva a la fachada de la plaza Bonsuccés. La segunda vía de ingreso eran los expósitos que procedían de los pueblos y las ciudades del resto de la provincia de Barcelona. Una tercera vía de entrada en la Casa eran las criaturas que habían sido abandonadas en las calles de Barcelona o a las parroquias de la ciudad. En último término, se encontraban los hijos legítimos entregados, que solo representaban un 5% de los asilados.
A partir de mediados del siglo XIX surgió en el Reino Unido una nuevo corriente social denominada higienisme, preocupada por la propagación de las epidemias, las condiciones insalubres en las ciudades industriales y el progreso de la medicina. El descubrimiento de las bacterias por el microbiólogo Louis Pasteur, la creación de cátedras universitarias sobre higienismo o la difusión de esta corriente a través de manuales y publicaciones diversas, representó un cambio de paradigma científico que hizo la sociedad más sensible ante las preocupaciones sanitarias. En Barcelona, algunos representantes del higienismo fueron el médico Pere Felip Monlau, quién reivindicó el derribo de las murallas de la ciudad en el proyecto de 1841 denominado Abajo las murallas!!!, Lluís Comenge y Ferrer, presidente de la Academia de Higiene de Cataluña, creada el 1887 y del Instituto de Higiene Urbana de Barcelona de 1891, y Francesc Castells Ballespí, fundador de la Revista de Higiene y Política Sanitaria el 1890.
Las teorías higienistas apostaban por reducir la densidad de la población dentro de las viviendas en las ciudades industrializadas, por reducir la mortalidad y el impacto de epidemias. Barcelona, en concreto, tuvo un crecimiento de población notable durante la segunda mitad del siglo XIX, pasando de los 189.948 habitantes el 1860, a los 405.913 el 1887 y a los 544.137 habitantes, el 1900.
Colapso del antiguo edificio y traslado a can Caballé
Preocupada por la cuestión sanitaria, la nueva Casa de Maternidad quería dar salida a problemas como por ejemplo el hacinamiento de los internos a las instalaciones en el barrio del Arrabal, o la carencia de nodrizas para dar lactancia suficiente a las criaturas. Los partos, por su parte, se continuaron atendiendo en un pabellón del Hospital de la Santa Cruz.
La alimentación era una tarea fundamental que sustentaban las nodrizas, que podían internas o externas. Las nodrizas internas residían en la misma Casa, mientras que las externas cuidaban a las criaturas en el domicilio donde residían y las amamantaban hasta los cinco años, momento en que devolvían a la institución. La carencia de nodrizas fue crónica a lo largo de la historia de la Casa de Maternidad y el gasto económico que comportaban siempre representó una partida muy destacada del presupuesto.
Entre 1853 y 1884 el personal sanitario de la casa estuvo formado por dos médicos, un practicante, una comadrona, las hermanas de la Caridad de San Vicente de Paül, un cura y un conserje.
La difusión de las corrientes higienistas, junto con los progresivos adelantos médicos, así como el aumento progresivo de los internos a la Casa de Maternidad y las limitaciones estructurales de sus instalaciones (que se acentuaron a partir de la segunda mitad de la década de los setenta), llevaron a la Diputación de Barcelona a buscar nuevos emplazamientos para el traslado de la Casa de Maternidad en las afueras de la ciudad, como por ejemplo en la Vila de Gracia y Sarriá. La institución carecía de agua en abundancia y no contaba, por ejemplo, con una enfermería destinada a las dolencias infecciosas.
El brote de cólera de 1854, causado por un barco procedente de Marsella, forzó el traslado preventivo de los niños a la masia Pomaret, ubicada en Sarriá, gracias a la cesión de los terrenos por parte del Hospital de la Santa Cruz. Tres años después se proyectó un nuevo establecimiento a la finca llamada Alegre de Bajo, pero la operación no salió bien y la Casa de Maternidad decidió adquirir unos locales vecinos en la calle de las Ramelleres, el 1863.
No fue hasta la sesión de 27 de diciembre de 1877, que la Diputación de Barcelona acordó la adquisición de la finca masia Caballé, en la Vila de las Cortes de Sarriá, para edificar las nuevas instalaciones, que se hizo efectiva el agosto del año siguiente.
Plano de emplazamiento de la finca de Francesc Llenas situada en las Corts de Sarriá relacionado con el general de ensanche, 7/2/1878. Autoría: Roman Prats. Fondo: Diputación de Barcelona. (CAT AGDB 1177).
La masia Caballé era la opción ideal porque, además de presentar precios más bajos y tener buenas comunicaciones con Barcelona, estaba ubicada en un entorno rural fuera de la ciudad que proporcionaba solo, aire puro y contaba con suministro de agua. Un elemento a destacar fue el hecho que los edificios e instalaciones se construyeron ex professo y esto permitió diseñar el espacio arquitectónico siguiendo los consejos higienistas de los expertos médicos.
La preocupación por el higienismo
El año 1882 los médicos de la Casa de Maternidad Joan Rull y Xuriach (pionero de la obstetricia y la ginecología de la segunda mitad del siglo XIX), Josep Cabot y Rovira (especializado en el estudio de la mortalidad infantil y director del cuerpo médico de la Casa, entre 1907 y 1915) y Rafael Rodríguez Méndez (catedrático de Higiene de la Universitat de Barcelona) recibieron el encargo de redactar un dictamen sobre las medidas higiénicas que tenía que reunir la futura Casa Provincial de Maternidad y Expósitos en el cortijo Caballé. Este dictamen se publicó el 1883 y tuvo una gran importancia, dado que fue el modelo para los proyectos arquitectónicos posteriores que desarrolló la Casa de Maternidad durante las siguientes décadas. El criterio que se siguió fue más funcional que económico, y en esta línea se construyeron progresivamente varios edificios o pabellones aislados, puesto que este factor mejoraba las condiciones de salubridad.
El dictamen facultativo proyectaba una distribución de edificios que tenía en cuenta la ventilación natural y mixta y con amplios ventanales. A la vez, recomendaba la calefacción natural y mixta mediante chimeneas de fuego abierto que se tendrían que instalar en todo los dormitorios, comedores, escuelas y otras dependencias.
Los médicos Rull y Cabot preveían dos secciones dentro del recinto: en el norte proyectaron un conjunto de edificios para la sección de maternidad, y en el sur los edificios de la sección de borderia o de expósitos. La sección de maternidad dispondría de tres edificios que estarían comunicados por el piso de bajo con una galería. Un primer edificio seria para salas de partes, que incluirían una maternidad secreta por aquellas internas que darían a luz en su propia habitación; otro para niñas expósitas de 7 a 18 años, y un tercer edificio de enfermería para las Hermanas de la Caridad y otro personal del establecimiento. Por su parte, la sección de expósitos tendría dos edificios: uno por expósitos de lactancia hasta los tres meses con las nodrizas correspondientes, y otro para los niños desmamats de los dos sexos, de los tres a los siete años. Cada edificio del recinto no tenía que tener más de 250 habitantes y todo el conjunto de la maternidad tendría alrededor de 400 aposentos.
La preocupación por la higiene estaba presente a lo largo de todo el dictamen: se proyectaba un pabellón aislado para dolencias epidémicas y contagiosas, un departamento de hidroteràpia y una sala de operaciones que habría que instalar en el pabellón para enfermería, así como un pabellón pequeño para depósito de cadáveres y sala de autopsias. También se planteaba la construcción de una piscina, una escuela de natación y un gimnasio. Finalmente, se establecía la necesidad que el nuevo espacio tuviera un caudal de agua potable, a pesar de que contaba con los pozos de la finca Caballé.
A pesar de todo este diseño arquitectónico pensado según parámetros higienistas, la carencia de presupuesto económico y la concentración de los asilados a las antiguas instalaciones de la calle de las Ramelleres hicieron que los primeros pasos de la nueva Casa de Maternidad fueran en buena parte improvisados. Todo ello derivó en una adecuación provisional del cortijo Caballé en función de las circunstancias, y la construcción de dos alas nuevas contiguas a la finca.
El contexto social que vivió Barcelona durante estos años, obviamente también impactó en la institución. El 1 de julio de 1884 se hizo finalmente el primer traslado de niños de la sección de desmamados hacia las nuevas dependencias y un año después el de las niñas. También hay que señalar que la nueva epidemia de cólera que vivió la capital catalana el verano de 1885 aceleró la construcción de la nueva Casa de Maternidad.
Roman Prats y Montells e Ignasi Conrad Bartrolí fueron los dos primeros arquitectos que diseñaron el recinto de la Casa de Maternidad, siguiendo el dictamen médico antedicho. Prats presentó su proyecto el 12 de febrero de 1883, en que proyectaba a la parte norte nueve edificios destinados a maternidad y doce en la mitad sur, que corresponderían a borderia y que quedarían separados por una plaza en el centro.
Ante-planta para el proyecto definitivo de Casa provincial de Maternidad y Expósitos, 29/1/1883. Autoría: Roman Prats. Fondo: Diputación de Barcelona. (CAT AGDB 1518, exp. 1).
Conrad Bartrolí, por su parte, dio a conocer su proyecto arquitectónico el 20 de octubre de 1884. Según este diseño, la borderia se localizaría también a la parte sur del recinto y constaría de nueve pabellones, mientras que la maternidad, en el norte, dispondría de ocho edificios. Pero ni el proyecto de Prats ni el de Conrad se llevaron finalmente a término, en buena parte por toda una serie de carencias presupuestarias, pero también por el convulso contexto social y político que se vivió Barcelona durante el llamado Sexenio Democrático (1868-1874).
Planta baja edificio Hidroterápico en la Casa de Maternidad, 20/10/1884. Autoría: Josep Conrad Batrolí. Fondo: Diputación de Barcelona. (CAT AGDB R. 6480)
El 1885 murió Prats y, dos años más tarde, el arquitecto modernista Camil Oliveras obtuvo la plaza de arquitecto provincial. En consecuencia, el 1888 la Diputación de Barcelona encargó a Oliveras el proyecto de construcción de una sección de borderia y, posteriormente, de la Casa de Maternidad en diferentes pabellones. Las obras se iniciaron el 30 de junio de 1890 y se derivó la construcción de los siguientes pabellones:
- Lactancia, empezado el 1890 y acabado el 1892, y que permitió el traslado de las criaturas amamantadas y las nodrizas, que hasta entonces se encontraban en la calle de las Ramelleres. Los adelantos científicos, en especial en el ámbito de la pediatría, y la introducción de leches especiales y maternitzades muy entrado el siglo XX, permitieron un descenso progresivo de la mortalidad infantil de los internos de la Casa. Un problema permanente fue el número insuficiente de nodrizas internas, debido a los bajos salarios que recibían y las pobres condiciones materiales que recibían al recinto.
- Dolencias infecciosas. Los dos pabellones proyectados estaban situados en el norte de la sección de borderia. La construcción de estos pabellones difirió de las consignadas en el dictamen de 1883, según el cual tenían que ser de madera, y se creyó más adecuado construirlas de obra. La construcción del primer pabellón data del 1893 y, a falta de una enfermería general con todas las prestaciones, los médicos utilizaron uno de los dos pabellones como sala de operaciones.
- Lavandería, lavaderos y estufas de desinfección, acabado el 1895. Este pabellón estaba situado al este del recinto, entre el pabellón de Lactancia y el pabellón de dolencias infecciosas.
Fachada principal del edificio de lavadero, 23/11/1889. Autoría: Camil Oliveras, firmado por Josep Bori. Fondo: Diputación de Barcelona. (CAT AGDB 2299, exp. 3)
Planta baja del edificio de lavadero, 17/10/1892. Autoría: Camil Oliveras. Fondo: Diputación de Barcelona. (CAT AGDB 2300, exp. 3) - Desmamados, conocido como Ave Maria, estaba destinado a las criaturas de 2 a 5 años. Estaba situado en el oeste, en paralelo al pabellón de Lactancia y fue acabado el 1896. En el primer piso había los dormitorios (con una capacidad de 30 camas cada uno), cuatro para los niños, y dos para las niñas. También había los lavabos, las cámaras roperas, los váteres y las cámaras de vigilancia.
- Los pabellones de enfermería fueron proyectados por Oliveras, pero no se construyeron. Con motivo de la epidemia de cólera de 1885 el constructor Epifani Robert había construido una enfermería provisional donde había el antiguo huerto de la finca. En espera de construir la enfermería general prevista por el proyecto del dictamen facultativo publicado el 1883, uno de los pabellones de dolencias infecciosas fue destinado a enfermería para criaturas de ambos sexos.
- En el caso de la iglesia se proyectó, pero no se construyó del todo. Como alternativa, Josep Goday edificó una capilla entre 1914 y 1915, situada al pabellón de los Desmamados, que fue el único espacio religioso del recinto. En capilla también participó el artista y amigo Francesc Canyellas, con un conjunto de pinturas murales, que con el paso del tiempo desaparecieron.
El 1894 encargaron a Oliveras el anteproyecto por la apertura de un cauce de comunicación entre la Casa de Maternidad y Barcelona para que facilitara los servicios y comunicaciones del asilo. Josep Bori, primo de Oliveras, cogió el relevo como arquitecto provincial y se encargó de la construcción de los siguientes pabellones:
- Cocinas, 1901.
- Depósito de cadáveres y sala de autopsias, acabado el 1906.
- Prat de la Riba, destinado a criaturas menores de siete años, y Hermanas, para el personal religioso de las Hermanas de la Caridad. La construcción de estos dos pabellones, un conjunto estructurado en dos grandes edificios en forma de U con brazos desiguales, se dilató, dado que se inició el 1908 y finalizó el 1928.
Plano del primer piso de los edificios Prat de la Riba, 1932. Autoría desconocida. Fondo: Diputación de Barcelona. (CAT AGDB R.6672)
Plano del primer piso de los edificios Prat de la Riba, 1932. Autoría desconocida. Fondo: Diputación de Barcelona. (CAT AGDB R.6674)
Patio interior del Pabellón Prat de la Riba, c.1915. Autoría: Photo Studio Mas. Fondo: Diputación de Barcelona. (CAT AGDB 14916b)
El Reglamento de la Casa de Maternidad y Expósitos del año 1894 decretó vacunaciones obligatorias para todos los expósitos y también por aquellos que estuvieran en crianza externa. El nuevo texto también establecía que a finales de cada mes los médicos tenían que hacer una relación de todas las dolencias y defunciones ocurridas con todas las observaciones que consideraran oportunas, para poder mejorar la situación general de la Casa.
En 1904 se publicó la monografía del arquitecto General Guitart y Lostaló basada en la visita guiada que realizó el 7 de febrero de 1904 para los miembros de la Asociación de Arquitectos de Cataluña, entre ellos el también arquitecto y político Josep Puig i Cadafalch, posteriormente presidente de la Mancomunidad de Cataluña (1917-1923). Guitart había recibido el encargo de esta asociación de hacer una valoración arquitectónica de las construcciones precedentes que se habían realizado en la Casa de Maternidad, pero también de cara al diseño de las futuras, coincidiendo con las bodas de oro de la institución que se habían celebrado el 23 de noviembre de 1903.
Durante las dos primeras décadas del siglo XX, hay que destacar algunos de los adelantos tecnológicos y médicos que se introdujeron en la Casa de Maternidad y que supusieron una mejora para las criaturas, como por ejemplo la máquina esterilizadora de biberones, la sala de helioterapia artificial o las modernas incubadoras de que disponía la Casa.
La Maternidad durante la Mancomunidad de Cataluña (1914-1923)
Durante la presidencia de Enric Prat de la Riba al frente de la Mancomunidad de Cataluña (1914-1917), la Casa de Maternidad y la Casa de Caridad obtuvieron un mayor impulso y prosperidad económica. Las dos instituciones, además, se reunificaron desde el punto de vista administrativo en julio de 1913. Justamente a partir de este año se decidió aplicar, de forma pionera a todo el Estado español, el método educativo impulsado por la pedagoga italiana Maria Montessori, después de que el pedagogo Joan Palau i Vera visitara diferentes modelos de escuela en el extranjero, a instancia del Consejo de Investigación Pedagógica de la Diputación Provincial de Barcelona. La implementación del método Montessori contó incluso con la supervisión personal de la misma pedagoga durante sus estancias en Barcelona.
Durante este periodo también se acordó la creación de un nuevo proyecto denominado Institución Maternal Catalana, aprobado en mayo de 1915, con el objetivo de mejorar las instalaciones de las mujeres que daban a luz. El proyecto fue impulsado por el Dr. Miquel Àngel Fargas i Roca, pionero en la práctica de la cirugía ginecológica y amigo personal y consejero de Prat de la Riba. Fargas propuso la construcción de un edificio nuevo, atendidas las dificultades para restaurar el que ya existía, y también para poder ampliar el número de partos.
La Junta de Gobierno de las Casas Provinciales de Caridad y de Maternidad y Expósitos dio un triple enfoque a la nueva institución maternal: en primer lugar, benéfico, como refugio secreto de las mujeres que habían concebido “ilegítimamente”, así como de las madres desvalidas y abandonadas; en segundo lugar, social, como recinto para hospitalizar mujeres obreras sin medios económicos y, en último lugar, con un sentido científico y docente, con la previsión de una mejora de la especialización docente y pedagógica a fin de instruir a las madres sobre temas de higiene infantil.
Con el fin de conocer la situación de instituciones maternales similares en Europa e impulsar la Casa de Maternidad, en julio de 1915 el doctor Ricard Zariquiey Cenarro (incorporado en 1893 a la Casa de Maternidad y director del cuerpo médico de la casa después de la muerte de Fargas en 1916) y el arquitecto Josep Bori i Gensana visitaron durante un viaje de veinte días las principales casas de maternidad europeas de Suiza (Ginebra, Berna, Basilea y Zúrich) y de Alemania (Dresde y Múnich). Dos años después del viaje se publicó una memoria en la que dieron una serie de recomendaciones de cara a proyectar la nueva Institución Maternal Catalana; llegaba incluso a cuestionar si el emplazamiento de las Corts era o no el más idóneo para acoger el proyecto.
"Ricard Zariquiey, Memòria redactada pel Dr. D. Ricard Zariquiey, metge director del cos facultatiu de la Casa Provincial de Maternitat i Expòsits amb motiu del viatge realitzat junt amb l’arquitecte provincial D. Josep Bori i Gensana per a visitar els asils similars de Suïssa i Alemanya publicada per acord de dita Junta de 23 de febrer de 1917. Impremta de la Casa de Caritat, Barcelona, 1917"
En la mayoría de centros de maternidad visitados, el Dr. Zariquiey descubrió que el modelo seguido había sido el de la construcción de pabellones aislados y especializados de acuerdo con los servicios que se prestaban, siguiendo los consejos higienistas de los médicos. Los médicos especialistas se mostraban partidarios de alejar a los enfermos de los núcleos urbanos y acercarlos a un entorno con mejor ventilación y aire más puro. Inspirados por la institución maternal de Múnich, donde todas las edificaciones se concentraban en un solo edificio de cuatro cuerpos y seis pisos, Zariquiey i Bori plantearon la construcción de once edificios con seis pabellones grandes y cinco de auxiliares, unidos por galerías y comunicados por pasadizos subterráneos.
1: Entrada y portería. 2: Garaje y cochera. 3: Pabellón de administración, oficinas, policlínica y habitaciones para el personal, museo de higiene infantil, auditorio, biblioteca. 4: Entrada de servicio y báscula. 5: Pabellón para madres obreras-pensionistas y pago reducido. 6: Pabellón para embarazadas pobres y secretas. 7: Pabellón para partos, pospartos y matronas. 8: Pabellón de ginecología. 9: Pabellón de aislamiento para enfermedades contagiosas. 10: Pabellón para cocinas. 11: Pabellón de calderas, lavaderos, secaderos. 12: Pabellón de lavados, desinfección, esterilización y calefacción. 13: Pabellón de autopsias, laboratorios. 14: Depósito de cadáveres. Plano general de emplazamiento de la Institución Maternal Catalana, dentro de: "L'Obra a fer. Mancomunitat de Catalunya". Barcelona, 1919, p. 32.
La Institución Maternal Catalana predijo la puesta en marcha en marzo de 1916, pero se vio frenada por diferentes motivos: la muerte del Dr. Fargas ese mismo año y la de Prat de la Riba al año siguiente. También se vio retrasada porque Bori no finalizó la proyección de la planta general del nuevo emplazamiento hasta 1917 y Zariquiey no acabó la redacción de la memoria hasta diciembre del mismo año. A todos estos factores se sumaba la falta crónica de recursos económicos que padecía la Diputación de Barcelona para sacar adelante el proyecto.
Pabellón para embarazadas pobres, 1917. Autoría: Josep Bori, dentro de "Ricard Zariquiey, Memòria redactada pel Dr. D. Ricard Zariquiey, metge director del cos facultatiu de la Casa Provincial de Maternitat i Expòsits amb motiu del viatge realitzat junt amb l’arquitecte provincial D. Josep Bori i Gensana per a visitar els asils similars de Suïssa i Alemanya publicada per acord de dita Junta de 23 de febrer de 1917. Impremta de la Casa de Caritat, Barcelona, 1917"
Todo ello contribuyó a que sólo se construyeran dos pabellones, y finalmente, durante la dictadura de Miguel Primo de Rivera (1923-1930), que supuso un retroceso general en relación con los avances conseguidos por la Mancomunidad de Cataluña, se inauguró bajo el nombre de Casa Maternal Catalana en 1924.
El arquitecto Josep Goday había entregado en 1920 la documentación completa para la construcción del Pabellón Rosa, el primero de los pabellones proyectados durante la Mancomunidad y que fue inaugurado el 17 de junio de 1925. Se denominó de este debido al color de la fachada esgrafiada, y estaba destinado a madres solteras o embarazadas secretas, como se decía en la época, que tuvieran pocos recursos, pero también para acoger a mujeres obreras.
La Casa de Maternidad también destacó por contar con instalaciones pioneras. En 1924 Josep Goday recibió el encargo de reconvertir el pabellón oeste de las enfermerías generales en un espacio de salud para niños tuberculosos de ambos sexos. Con este objetivo hizo construir una terraza exterior o solárium adosado a la fachada principal para evitar el traslado de las criaturas con esta enfermedad hacia la torre de los Frailes, en Horta, donde la Diputación de Barcelona disponía también de instalaciones de beneficencia. Finalmente, se optó por construir un pabellón de nueva planta, proyectado en 1933, que se denominó Helios y que fue inaugurado dos años después.
Segunda República española y Guerra Civil
La llegada de la Segunda República española (1931-1936) comportó una mayor sensibilidad ante los derechos y la protección de los niños, tal como reconocía el artículo segundo de la Constitución de 1931, pero en términos generales no se produjeron cambios ni en la estructura administrativa ni en el funcionamiento de la Casa de Maternidad.
La desaparición del torno en 1931 fue la expresión de la nueva concepción social entorno la cuestión del abandono de niños. Entre 1925 y 1935 solo un 2% de las criaturas llegaban a la Casa a través de este ingreso; en un 50% la entrada habitual era la entrega por familiares u otras personas en las oficinas de la institución. También es significativo que un tercio de las criaturas ingresadas habían nacido en las mismas instalaciones.
Dictadura franquista
En 1942 se inauguró el segundo de los pabellones proyectados durante la Mancomunidad de Cataluña, el Pabellón Azul, que se había iniciado en 1928 cuando Goday libró la documentación para reformular el proyecto de la antigua Institución Maternal Catalana.
Este nuevo edificio rompía con la tradición de hospicio del recinto, puesto que estaba concebido para madres casadas. El espacio disponía de consultorios prenatales amplios, de un servicio de medicina general, de la sección de ginecología, de una sala espaciosa de partos y habitaciones de puérperas individuales, y un gran salón de actos, entre otros espacios. Las nodrizas casi habían desaparecido gracias a la existencia del pabellón de amamantamiento artificial, que a partir de entonces adquirió gran importancia.
En 1953 la Casa de Maternidad atendió en el Pabellón Azul de madres casadas un total de 941 partos, mientras que en el Rosa la cifra fue de 456 partos.
En 1942 también se inauguró la Policlínica Maternal, anexada al Pabellón Azul. Fue proyectada como una planta para mujeres casadas dedicada al servicio de obstetricia.
El 23 de noviembre de 1953 se celebró el centenario de la Casa de Maternidad y, aprovechando esta efeméride, se colocó la primera piedra del Pabellón Cambó en el espacio previsto originalmente para la iglesia. Fue el último edificio que se construyó en el recinto, gracias a la herencia de dos millones de pesetas que el político y financiero Francesc Cambó, muerto en 1947, había dejado a cada una de las dos instituciones de la Casa de Caridad y la Casa de Maternidad.
El Pabellón Cambó, proyectado por el arquitecto Manuel Baldrich fue concebido para ampliar el espacio de la bastardía o sección infantil. El pabellón, que acogió a 144 niños de dos y tres años, se inauguró el 25 de junio de 1957.
Resulta significativo que a partir de 1953 el recinto cambiara su nombre para decirse Casa Provincial de Maternidad. A lo largo de las décadas de 1950 y 1960 el recinto contaba con dos nuevos centros, el Instituto de Maternologia y el Instituto de Puericultura, y se continuaron introduciendo toda una serie de mejoras sanitarias al recinto de la Maternidad para ofrecer una mejor asistencia al personal asilado.
Entre estas mejoras destacaron la instalación de oxígeno por canalización en el Pabellón Azul en 1959, que permitía la descarga de oxígeno en todos los tubos que conectaban el sistema de distribución de esta sustancia, sin necesidad de manipulación, y a la vez aligeraba la carga de trabajo del personal sanitario; la adquisición de un aparato de rayos-X transportable especialmente indicado por radiografías de las criaturas imposibilitadas; de incubadoras tipo Isolette, para partos prematuros o con dificultades respiratorias, y de un aparato espectrofotómetro eléctrico (1962).
En octubre de 1957 se inauguraron la Casa Provincial de Caridad Hogares Ana G. de Mundet, conocida popularmente como Llars Mundet. El nuevo recinto suponía el traslado definitivo de la antigua Casa de Caridad, ubicada en el barrio del Raval barcelonés. También tuvo repercusiones en la Casa de Maternidad, dado que la población infantil que formaba parte de la sección de bastardía se trasladó progresivamente hacia las instalaciones de Mundet. En 1973 se derribó la Torre de los Frailes en Horta y se construyeron dos pabellones de nueva planta destinados a residencia y parvulario infantil, que también acogió a unas 300 criaturas procedentes del recinto de las Corts.
De 1976 a la actualidad
A lo largo de 1976 la Diputación de Barcelona proyectó la conversión de la Casa de Maternidad en un gran hospital provincial en sustitución del Instituto Maternal. A pesar de que en el nuevo contexto democrático las diputaciones perdían las competencias en materia sanitaria, existió una voluntad clara y firme para sacar adelante este proyecto.
Con el paso del tiempo las instalaciones de la Casa de Maternidad fueron perdiendo peso, y la mentalidad de la sociedad, que se alejaba progresivamente de los postulados católicos hegemónicos hasta entonces, llevó a la Diputación de Barcelona a hacer un replanteamiento de los antiguos edificios en beneficio de nuevos usos sociales. Con este propósito, el Pleno de la Diputación aprobó en 1985 el Plan de actuación y ordenación de la Casa de Maternidad, redactado por los arquitectos Josep Lluís Canosa y Carles Ferrater. El Plan proyectaba, entre otros temas, concentrar y adaptar todos los servicios dispersos del recinto en el Pabellón Azul, y convertir el espacio interior del recinto en parque urbano, a partir del convenio firmado el 17 de junio de 1996 entre el Ayuntamiento y la Diputación de Barcelona. El parque preveía una superficie de 7,68 hectáreas.