INTRODUCCIÓN
La expansión del automóvil a partir de la década de 1960 supuso una transformación del espacio público y de las conductas sociales. El acceso universal del vehículo a todos los lugares, sumado a un cambio en la gestión del tráfico viario, facilitó una zonificación para usos que se tradujo en una expansión desmesurada de la ciudad gracias a la nueva movilidad conquistada.
Más allá de los «males» asumidos por la sociedad —como el aumento de la contaminación ambiental y acústica, la apropiación de superficie de suelo y las nuevas zonas suburbanas—, hasta ahora no habíamos sido conscientes de las consecuencias que dicha expansión comportaba ni de los «vicios ocultos» del sistema: la erosión en nuestra salud física y mental, la pérdida de autonomía personal, la disminución de las relaciones sociales, o la dificultad de los ayuntamientos para mantener los servicios básicos de sus municipios, entre otros.
No existen soluciones mágicas, pero un buen inicio es ubicar, nuevamente, las personas en el centro de las decisiones de la planificación urbana y del espacio público. Humanizar la ciudad para favorecer las actividades, la salud y las necesidades de la gente que vive y lo utiliza. En definitiva, incrementar el capital social del espacio público.
Por lo tanto, hemos de superar el concepto reduccionista de vía de comunicación o zona de aparcamiento y entender el espacio público como herramienta de cohesión social y generadora de salud. La calle, la plaza y el parque son como el gimnasio, el jardín y el espacio de relación mas cercanos al ciudadano. El espacio público debe potenciar estos usos y no restringirlos.
A continuación se adjuntan las fichas de propuestas para implementar en el espacio público, organizadas en tres ámbitos según el grado de contribución a la mejora de la salud. El primer bloque destaca aquellos elementos intrínsecos en el diseño del espacio, movilidad, percepciones y vegetación, para hacerlo más seguro para la ciudadanía. El siguiente bloque explica en qué ámbitos puede contribuir el espacio público para mejorar la calidad ambiental y, por tanto, la salud de las personas en términos globales. El último Bloque propone estrategias de utilización del espacio público para generar salud individual, es decir, como cada uno de nosotros puede utilizarlo para conseguir mejoras en nuestra salud.
"El espacio público es la plataforma más universal y de fácil acceso para hacer salud"
FICHAS QUE CONFORMAN ESTE ÁMBITO DE LA GUÍA
Seguridad en el espacio público
Medio ambiente, cambio climático y sostenibilidad